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Mostrando entradas de mayo, 2015

El porqué de todo

Basta un poco de sentido común para entender que es imposible conocer o saber el porqué de todo. Cuando alguien, generalmente un hermano menor, sobrino (a) o algún pequeño comienza una cadena de "porqués" aunque seas muy sabio (a) y paciente inevitablemente llegas a un punto en el que ya no puedes responder con la misma certeza que a la primera pregunta que te hizo, probablemente terminarás diciéndole "Porque si" o "Solo Dios sabe" o cualquier argumento que trunque su insistencia. De momento te habrás librado de la inagotable curiosidad del chico o chica, sin embargo, si fuiste muy paciente con el o ella su cuestionamiento habrá convergido en un tema de gran complejidad como el sentido de la vida, el origen del universo, de dónde venimos... asuntos que son objeto de debates filosóficos o investigación científica, cosas que solo le preocupan a personas que escriben libros, trabajan en laboratorios, o imparten clases, son ajenos a nosotros puesto que a dif

Necesidad de aceptación

Ciertamente a cualquiera le agrada ser halagado o reconocido en algún momento determinado, sin embargo el entorno social ejerce una fuerte presión que alimenta dicha necesidad desde que somos capaces de interactuar con otros seres humanos, la realidad es que la vanidad es un rasgo que en menor o mayor medida compartimos todos, de modo que somos vulnerables a tal presión y susceptibles a experimentar numerosas desilusiones. Mas allá de lo vanal y superficial se encuentra aquella situación cuando la propia identidad es la que genera ese rechazo social, algo en verdad absurdo, pues no debería existir razón alguna para sentir vergüenza o renegar lo que uno es... sin embargo la exclusión de lo "diferente" se presenta con muchísima frecuencia y a veces hasta nosotros la fomentamos paradógicamente con tal de permanecer o pertenecer a un grupo. Todos en algún momento hemos experimentado rechazo, es muy probable que muchos de nuestras memorias más amargas y recuerdos desagradables

Sobre la realidad

Es una suerte ser capaz de percibir e interpretar el mundo que nos rodea, más aún, tener la curiosidad innata por conocer y tratar de explicar cada evento que se observa o se nos presenta en la experiencia cotidiana. Sin embargo, cuando algo llega a ser muy común muchas veces deja de ser objeto de fascinación y de manera imperceptible perdemos la curiosidad hacia tal objeto o situación, muchas de esas experiencias percibidas se desvanecen poco a poco en el olvido... Tristemente también, el entorno social en ocasiones se encarga de coartarnos hacia un pensamiento ajustado a esquemas "convenientes" para que el individuo se pueda desarrollar y conducir de manera mas o menos provechosa desechando aquello que aparentemente no implique un beneficio para la sociedad, de manera similar se le resta mucha importancia a la estimulación de los sentidos, por lo que la apreciación del mundo va decayendo conforme nos hacemos mayores. Pero llega a suceder que después, en ciertos momentos