Ciertamente a cualquiera le agrada ser halagado o reconocido en algún momento determinado, sin embargo el entorno social ejerce una fuerte presión que alimenta dicha necesidad desde que somos capaces de interactuar con otros seres humanos, la realidad es que la vanidad es un rasgo que en menor o mayor medida compartimos todos, de modo que somos vulnerables a tal presión y susceptibles a experimentar numerosas desilusiones. Mas allá de lo vanal y superficial se encuentra aquella situación cuando la propia identidad es la que genera ese rechazo social, algo en verdad absurdo, pues no debería existir razón alguna para sentir vergüenza o renegar lo que uno es... sin embargo la exclusión de lo "diferente" se presenta con muchísima frecuencia y a veces hasta nosotros la fomentamos paradógicamente con tal de permanecer o pertenecer a un grupo.
Todos en algún momento hemos experimentado rechazo, es muy probable que muchos de nuestras memorias más amargas y recuerdos desagradables se hayan originado por causa de algún tipo de desaprobación, exclusión o quizá por la decepción sobre nuestra persona por juicio propio o por el de alguien más. Cientos y cientos de situaciones día con día pueden provocar en cualquiera esa sensación de no "encajar", para muchos incluso les produce temor dicha condición y basan su vida en una búsqueda continua de aceptación, reforzamiento, aprobación o incluso admiración.
Cuando eres rechazado por instinto tu primera protección es la soledad, si nadie más que pueda juzgarte, salvo tu mismo, parece ser un poco más llevadera esta situación, y en la soledad es cuando hay una verdadera oportunidad de descubrirse uno mismo, si eres alguien espiritual te resultará mucho más fácil encontrar bienestar y sosiego. En lo personal carezco de espiritualidad, sin embargo disfruto mucho mis momentos de soledad, algo que me distrae es imaginar realidades utópicas y contextos diferentes al habitual por ejemplo:
"Loco, raro, excéntrico, antisocial, separatista, inadaptado... son términos que no se usan, en vez de ello se reconoce la identidad de cada persona. No se juzga si alguien se daña a sí mismo o a alguien más pues se reconoce que comúnmente todos tienen arrebatos de ira, violencia, frustración, etc. pero así como los humanos son capaces de destruir también son igualmente capaces de crear y a nadie se le exige ni limita en sus capacidades, por lo que hay infinidad de expresiones artísticas, ideas, filosofía, ciencia. No hay presión por conceder la razón a alguien, las ideas existen, por supuesto hay puntos de vista encontrados y opiniones contrarias pero a nadie le interesa confrontarlas, en vez de ello forman parte de la diversidad, en todos los ámbitos se ha superado la competencia y en vez de ello se prefiere la colaboración..."
Definitivamente sería terrible una realidad como tal pues todos seríamos criminales en potencia, bueno en realidad lo somos, de hecho, pero nos limitan las leyes y normas de convivencia lo malo es que esas mismas normas nos presionan por ser de cierta manera y actuar conforme lo establecido, todo por el "bien" de la sociedad. Aunque a decir verdad también algo ha fallado con nuestro esquema actual pues por todos lados hay gente que percibe ni cuestiona el mundo que le rodea ni la vida que lleva, no porque no sean capaces de hacerlo simplemente porque están muy coartados por los esquemas sociales.
Lo cierto es que en lo diferente o inusual generalmente se encuentra una fascinación mayor que en lo común.
Lo cierto es que en lo diferente o inusual generalmente se encuentra una fascinación mayor que en lo común.
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