Es una suerte ser capaz de percibir e interpretar el mundo que nos rodea, más aún, tener la curiosidad innata por conocer y tratar de explicar cada evento que se observa o se nos presenta en la experiencia cotidiana. Sin embargo, cuando algo llega a ser muy común muchas veces deja de ser objeto de fascinación y de manera imperceptible perdemos la curiosidad hacia tal objeto o situación, muchas de esas experiencias percibidas se desvanecen poco a poco en el olvido...
Tristemente también, el entorno social en ocasiones se encarga de coartarnos hacia un pensamiento ajustado a esquemas "convenientes" para que el individuo se pueda desarrollar y conducir de manera mas o menos provechosa desechando aquello que aparentemente no implique un beneficio para la sociedad, de manera similar se le resta mucha importancia a la estimulación de los sentidos, por lo que la apreciación del mundo va decayendo conforme nos hacemos mayores.
Pero llega a suceder que después, en ciertos momentos de la vida, nos ocurre algo que evoca con fuerza esas experiencias que de pequeños nos causaban mucha fascinación, tanto que si eres de los que lo han experimentado sabrás lo grato (y nostálgico) que llega a ser. Si te detienes un momento y analizas cómo ha cambiado tu visión de las cosas podrías llegar a sorprenderte, pues evidentemente de pequeño eras más curioso y la misma emoción que te causaba aprender día con día algo nuevo es la que ahora experimentas al remontarte en aquellos recuerdos...
Imagina ahora todas las situaciones cotidianas que percibes: Los rostros familiares, los lugares, objetos, acciones, sonidos, sabores y emociones que en conjunto se convierten en eso que llamamos "realidad". Claramente nuestro pensamiento, juicio y acciones están enmarcadas en todo ello ya que estamos muy acostumbrados a que las cosas sean así y no de otra manera ¿Te has preguntado que pasaría si tu realidad cotidiana en un instante cambiara completamente? Es probable que hasta tu misma identidad se vendría abajo... tu pensamiento, juicios y acciones serían irrelevantes pues ya no responderían a un contexto conocido... ciertamente, es difícil describir tal situación porque no estamos preparados para enfrentar algo así, de hecho, inconscientemente nos aterra la idea de perder la capacidad de explicar las cosas, algo bastante contradictorio ¿Cierto?
La incertidumbre es algo que nunca ha proporcionado tranquilidad para nadie, pero es necesaria en cierta medida para mantener equilibrado nuestro conjunto de creencias, acciones y ¿Porqué no? Ilusiones y aspiraciones. Con todo lo anterior, la búsqueda de explicación (científica o de cualquier tipo) podría parecer algo contradictorio, sin embargo, si mantienes en todo momento algo de duda o indeterminación en tu visión de la vida, tal vez el impacto con cada nueva realidad sea menos drástico e incluso tolerable, tal como solía ser cuando éramos niños.
Tristemente también, el entorno social en ocasiones se encarga de coartarnos hacia un pensamiento ajustado a esquemas "convenientes" para que el individuo se pueda desarrollar y conducir de manera mas o menos provechosa desechando aquello que aparentemente no implique un beneficio para la sociedad, de manera similar se le resta mucha importancia a la estimulación de los sentidos, por lo que la apreciación del mundo va decayendo conforme nos hacemos mayores.
Pero llega a suceder que después, en ciertos momentos de la vida, nos ocurre algo que evoca con fuerza esas experiencias que de pequeños nos causaban mucha fascinación, tanto que si eres de los que lo han experimentado sabrás lo grato (y nostálgico) que llega a ser. Si te detienes un momento y analizas cómo ha cambiado tu visión de las cosas podrías llegar a sorprenderte, pues evidentemente de pequeño eras más curioso y la misma emoción que te causaba aprender día con día algo nuevo es la que ahora experimentas al remontarte en aquellos recuerdos...
Imagina ahora todas las situaciones cotidianas que percibes: Los rostros familiares, los lugares, objetos, acciones, sonidos, sabores y emociones que en conjunto se convierten en eso que llamamos "realidad". Claramente nuestro pensamiento, juicio y acciones están enmarcadas en todo ello ya que estamos muy acostumbrados a que las cosas sean así y no de otra manera ¿Te has preguntado que pasaría si tu realidad cotidiana en un instante cambiara completamente? Es probable que hasta tu misma identidad se vendría abajo... tu pensamiento, juicios y acciones serían irrelevantes pues ya no responderían a un contexto conocido... ciertamente, es difícil describir tal situación porque no estamos preparados para enfrentar algo así, de hecho, inconscientemente nos aterra la idea de perder la capacidad de explicar las cosas, algo bastante contradictorio ¿Cierto?
La incertidumbre es algo que nunca ha proporcionado tranquilidad para nadie, pero es necesaria en cierta medida para mantener equilibrado nuestro conjunto de creencias, acciones y ¿Porqué no? Ilusiones y aspiraciones. Con todo lo anterior, la búsqueda de explicación (científica o de cualquier tipo) podría parecer algo contradictorio, sin embargo, si mantienes en todo momento algo de duda o indeterminación en tu visión de la vida, tal vez el impacto con cada nueva realidad sea menos drástico e incluso tolerable, tal como solía ser cuando éramos niños.
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